jueves, 12 de diciembre de 2013

LA EDUCACIÓN LE DA SENTIDO A LA VIDA

  “LA EDUCACIÓN LE DA SENTIDO A LA VIDA”: HACIA UN SUEÑO COMPARTIDO
 
 
 Una propuesta integral en construcción para fomentar la competitividad con igualdad de  oportunidades


Por  Idel Vexler
Es habitual que se proponga que la educación sea para el desarrollo, para el desarrollo social, para la ciencia, la tecnología y la innovación, para la productividad y para los valores. También para la vida. Estos planteamientos, si bien son válidos, tienen un énfasis en un tipo de educación cuya finalidad es generar respuestas externas de la persona para cambiar y mejorar el mundo que lo rodea en las dimensiones personal, familiar, social, profesional y laboral.
Sin embargo, habría que mirar más bien a la educación como un proceso sociocultural que, conforme la estructura socio-afectiva y cognitiva evoluciona y se enriquece, va dándole direccionalidad y sustento esencial a la vida del ser humano. Naturalmente esto debe ocurrir mediante desarrollos sostenidos, secuenciales y continuos a lo largo de su ciclo vital, lo cual le permita construir un proyecto de vida para asumir y enfrentar sus vicisitudes, avances  y  logros y, consecuentemente, transformar y mejorar la calidad de los entornos que lo rodean. Todo ello en el marco de una sólida autoestima e identidad que se desarrolla y articula mediante vínculos de integración espacial, temporal y social.
Una educación es significativa cuando está orientada a darle sentido a la vida para lograr metas superiores en el presente y futuro, a partir de la introspección y la racionalización de sus experiencias vitales y subyacentes, su nivel cognitivo específico  en el marco de la pluralidad de las  inteligencias, así como de los conocimientos que conserva en su memoria. La historia de cada persona es instituida por un constructo complejo llamado educación, que al darle sentido a la vida se convierte en  “una fuerza o motor interno” para aprender y actuar eficientemente y con ética; desde luego, adquiriendo y transfiriendo- de manera articulada y dinámica- saberes humanísticos, científicos y tecnológicos de la sociedad del conocimiento, procesos mentales y motrices complejos, así como valores y actitudes.
Dichos aprendizajes, en el marco de una formación holística con igualdad de oportunidades, deben estar orientados a formar  “personas saludables” con bienestar físico, mental y social; “buenos ciudadanos” con identidad y valores; “personas productivas”, en el amplio sentido de la palabra con eficiencia y emprendimientos y, de este modo, ser columnas o ejes centrales para formar “personas competitivas” que contribuyan a crear riqueza nacional con bienestar, en la perspectiva del desarrollo social y económico, sustentable y  humano; desde luego articulando la diversidad nacional con la globalización.
Estas reflexiones y fundamentos debieran ser el sustento para que los diferentes actores políticos, sociales, empresariales y educativos construyamos una propuesta que incida favorablemente en las políticas públicas  en educación

No hay comentarios:

Publicar un comentario